LITERATOS. Compartimos fragmentos.
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El hombre que se peleó consigo mismo, por Ulysses S. Grant

Bragg era un hombre notablemente inteligente y bien informado, tanto en lo profesional como en lo demás. También era particularmente recto. Empero, poseía un temperamento irascible y era de natural contestatario. Un hombre del más alto carácter moral y los hábitos más correctos, sin embargo en el viejo ejército acababa frecuentemente en algún problema. Como subordinado, siempre estaba atento para cazar a su oficial al mando abusando de sus prerrogativas; como comandante de guarnición era igualmente vigilante para detectar la más leve negligencia en los más triviales asuntos.

En el viejo ejército oí una anécdota muy característica de Bragg. En una ocasión, estando acuartelado en una guarnición con varias compañías bajo el mando de un oficial, él estaba al mando de una compañía, y a la vez ejercía de intendente. En aquel entonces era primer teniente, pero su capitán había sido apartado para otro menester. Como comandante de compañía hizo una solicitud al intendente (él mismo) de algo que quería. Como intendente, rechazó la solicitud y anejó en el dorso las razones. Como comandante de compañía respondió alegando que su solicitud no pedía sino lo que le correspondía, y que era el deber del intendente cumplirla. Como intendente, siguió insistiendo en que tenía razón. Con el negocio en estas condiciones, Bragg remitió el asunto al comandante de la guarnición. Éste, cuando vio la naturaleza del asunto que se le remitía, exclamó: "¡Por Dios, señor Bragg! ¡Se ha peleado usted con todos los oficiales del ejército, y ahora se pelea consigo mismo!"

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Un gran cambio en la definición de "antisemita"

Antes, eras antisemita cuando odiabas a los judíos. Ahora eres antisemita cuando los judíos te odian a ti.

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Fragmento de un artículo reproducido por el diario alemán Leipziger Stadtzeiger

"El deseo de captar los reflejos evanescentes no solamente es imposible como se ha demostrado por las investigaciones alemanas realizadas, sino que el solo deseo de conseguirlo es ya una blasfemia. Dios creó al hombre a Su imagen y ninguna máquina construida por el hombre puede fijar la imagen de Dios. ¿Es posible que Dios hubiera abandonado Sus principios eternos y hubiese permitido a un francés de París, dar al mundo una invención del diablo..?"



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La litografía ultravioleta extrema. Tecnología para fabricar chips

Apple no es la única empresa en el negocio de los semiconductores con una cadena de suministro sorprendentemente compleja. A finales de la década de 2010, ASML, la empresa de litografía holandesa, había pasado casi dos décadas intentando que la litografía ultravioleta extrema funcionara. Para ello fue necesario recorrer el mundo en busca de los componentes más avanzados, los metales más puros, los láseres más potentes y los sensores más precisos. EUV fue una de las mayores apuestas tecnológicas de nuestro tiempo. En 2012, años antes de que ASML produjera una herramienta EUV funcional, Intel, Samsung y TSMC habían inver tido directamente en ASML para garantizar que la empresa tuviera la financiación necesaria para continuar desarrollando las herramientas EUV que requerirían sus futuras capacidades de fabricación de chips. Sólo Intel invirtió 4.000 millones de dólares en ASML en 2012, una de las apuestas más importantes que haya hecho la empresa.

La idea detrás de las herramientas de litografía EUV había cambiado poco desde que Intel y un consorcio de otras empresas de chips habían donado a varios de los laboratorios nacionales de Estados Unidos “lo que parecía dinero infinito para resolver un problema imposible”, como dijo uno de los científicos que trabajó en el proyecto. él. El concepto siguió siendo muy similar al del microscopio inver tido de Jay Lathrop: crear un patrón de ondas de luz usando una “máscara” para bloquear parte de la luz y luego proyectar la luz sobre químicos fotorresistentes aplicados a una oblea de silicio. La luz reacciona con los fotorresistentes, lo que permite depositar material o grabarlo en formas perfectamente formadas, produciendo un chip funcional.

Lathrop había utilizado luz visible simple y fotoprotectores disponibles en el mercado producidos por Kodak. Utilizando lentes y productos químicos más complejos, finalmente fue posible imprimir formas tan pequeñas como unos cientos de nanómetros en obleas de silicio. La longitud de onda de la luz visible es en sí misma de varios cientos de nanómetros, dependiendo del color, por lo que eventualmente enfrentó límites a medida que los transistores se hicieron cada vez más pequeños. Posteriormente, la industria pasó a diferentes tipos de luz ultravioleta con longitudes de onda de 248 y 193 nanómetros. Estas longitudes de onda podían tallar formas más precisas que la luz visible, pero también tenían límites, por lo que la industria puso sus esperanzas en la luz ultravioleta extrema con una longitud de onda de 13, 5 nanómetros.

El uso de luz EUV introdujo nuevas dificultades que resultaron casi imposibles de resolver . Mientras que Lathrop utilizó un microscopio, luz visible y fotoprotectores producidos por Kodak, todos los componentes EUV clave tuvieron que crearse especialmente. No se puede simplemente comprar una bombilla EUV. Para producir suficiente luz EUV es necesario pulver izar una pequeña bola de estaño con un láser. Cymer, una empresa fundada por dos expertos en láser de la Univer sidad de California en San Diego, había sido un actor importante en las fuentes de luz litográficas desde los años 1980. Los ingenieros de la empresa se dieron cuenta de que la mejor solución era disparar una pequeña bola de estaño que medía treinta millonésimas de metro de ancho y que se movía en el vacío a una velocidad de unos trescientos kilómetros por hora. Luego se golpea la lata dos veces con un láser, el primer pulso para calentarla, el segundo, conver tirlo en plasma con una temperatura de alrededor de medio millón de grados, muchas veces más caliente que la superficie del sol. Este proceso de explosión de estaño se repite cincuenta mil veces por segundo para producir luz EUV en las cantidades necesarias para fabricar chips. El proceso de litografía de Jay Lathrop se había basado en una simple bombilla como fuente de luz. El aumento de la complejidad desde entonces fue alucinante.

La fuente de luz de Cymer sólo funcionó gracias a un nuevo láser que podía pulver izar las gotas de estaño con suficiente potencia. Esto requirió un láser basado en dióxido de carbono más potente que cualquiera que existiera anteriormente. En el ver ano de 2005, dos ingenieros de Cymer se acercaron a una empresa alemana de herramientas de precisión llamada Trumpf para ver si podía construir un láser de este tipo. Trumpf ya fabricó los mejores láseres basados en dióxido de carbono del mundo para usos industriales como el corte de precisión. Estos láseres eran monumentos del mecanizado según la mejor tradición industrial alemana. Debido a que alrededor del 80 por ciento de la energía que produce un láser de dióxido de carbono es calor y sólo el 20 por ciento luz, extraer calor de la máquina es un desafío clave. Trumpf había ideado previamente un sistema de sopladores con ventiladores que giraban mil veces por segundo, demasiado rápido para depender de cojinetes físicos. En cambio, 

Trumpf tenía una reputación y un historial de brindar la precisión y confiabilidad que Cymer necesitaba. ¿Podría entregar el poder? Los láseres para EUV debían ser sustancialmente más potentes que los láseres que Trumpf ya producía. Además, la precisión que exigía Cymer era más exigente que cualquier cosa con la que Trumpf se hubiera enfrentado anteriormente. La compañía propuso un láser con cuatro componentes: dos láseres “semilla” que son de baja potencia pero cronometran cada pulso con precisión para que el láser pueda alcanzar 50 millones de gotas de estaño por segundo; cuatro resonadores que aumentan la potencia del haz; un “sistema de transporte de haz” ultrapreciso que dirige el haz a más de treinta metros hacia la cámara de gotas de estaño; y un dispositivo de enfoque final para garantizar que el láser dé un impacto directo, millones de veces por segundo.

Cada paso requirió nuevas innovaciones. Los gases especializados de la cámara láser debían mantenerse a densidades constantes. Las propias gotas de estaño reflejaban luz, que amenazaba con volver a brillar en el láser e interferir con el sistema; Para evitarlo, se requirió una óptica especial. La empresa necesitaba diamantes industriales para proporcionar las “ventanas” a través de las cuales el láser salía de la cámara y tuvo que trabajar con socios para desarrollar nuevos diamantes ultrapuros. Trumpf tardó una década en dominar estos desafíos y producir láseres con suficiente potencia y confiabilidad. Cada uno requirió exactamente 457.329 componentes.

Después de que Cymer y Trumpf encontraran una manera de explotar el estaño para que emitiera suficiente luz EUV, el siguiente paso fue crear espejos que recogieran la luz y la dirigieran hacia un chip de silicio. Zeiss, la empresa alemana que construye los sistemas ópticos más avanzados del mundo, había construido espejos y lentes para sistemas de litografía desde los días de Perkin Elmer y GCA. Sin embargo, la diferencia entre las ópticas utilizadas en el pasado y las requeridas por EUV era tan grande como el contraste entre la bombilla de Lathrop y el sistema de Cymer de hacer estallar gotas de estaño.

El principal desafío de Zeiss fue que el EUV es difícil de reflejar. La longitud de onda de 13, 5 nm del EUV está más cerca de los rayos X que de la luz visible y, como ocurre con los rayos X, muchos materiales absorben el EUV en lugar de reflejarlo. Zeiss comenzó a desarrollar espejos hechos de cien capas alternas de molibdeno y silicio, cada capa de un par de nanómetros de espesor. Los investigadores del Laboratorio Nacional Lawrence Liver more habían identificado esto como un espejo EUV óptimo en un artículo publicado en 1998, pero construir un espejo de este tipo con precisión a nanoescala resultó casi imposible. Al final, Zeiss creó espejos que eran los objetos más lisos jamás fabricados, con impurezas que eran casi imperceptiblemente pequeñas. Si los espejos de un sistema EUV se escalaran al tamaño de Alemania, dijo la compañía, sus mayores irregularidades serían de una décima de milímetro.

Para Frits van Houts, que asumió la dirección del negocio EUV de ASML en 2013, el aporte más crucial a un sistema de litografía EUV no era ningún componente individual, sino la propia habilidad de la empresa en la gestión de la cadena de suministro. ASML diseñó esta red de relaciones comerciales "como una máquina", explicó van Houts, produciendo un sistema finamente ajustado de varios miles de empresas capaces de cumplir con los exigentes requisitos de ASML. La propia ASML sólo producía el 15 por ciento de los componentes de una herramienta EUV, estimó, y compraba el resto a otras empresas. Esto le permitió acceder a los productos mejor diseñados del mundo, pero también requirió una vigilancia constante.

La empresa no tuvo más remedio que confiar en una única fuente para los componentes clave de un sistema EUV. Para gestionar esto, ASML profundizó en los proveedores de sus proveedores para comprender los riesgos. ASML recompensó a ciertos proveedores con inver siones, como los mil millones de dólares que pagó a Zeiss en 2016 para financiar el proceso de I+D de esa empresa. Sin embargo, los mantenía a todos bajo estándares exigentes. "Si no se porta bien, le compraremos", le dijo a un proveedor el director general de ASML, Peter Wennink. No fue una broma: ASML terminó comprando varios proveedores, incluido Cymer, después de concluir que podía gestionarlos mejor por sí mismo.

El resultado fue una máquina con cientos de miles de componentes cuyo desarrollo requirió decenas de miles de millones de dólares y varias décadas. El milagro no es simplemente que la litografía EUV funcione, sino que lo hace de manera suficientemente confiable como para producir chips de manera rentable. La confiabilidad extrema era crucial para cualquier componente que se colocara en el sistema EUV. ASML se había fijado el objetivo de que cada componente durara una media de al menos treinta mil horas (unos cuatro años) antes de necesitar reparación. En la práctica, las reparaciones serían necesarias con más frecuencia, porque no todas las piezas se estropean al mismo tiempo. Las máquinas EUV cuestan más de 100 millones de dólares cada una, por lo que cada hora que una está fuera de línea cuesta a los fabricantes de chips miles de dólares en producción perdida.

Las herramientas EUV funcionan en parte porque su software funciona. ASML utiliza algoritmos de mantenimiento predictivo para adivinar cuándo es necesario reemplazar los componentes antes de que se rompan, por ejemplo. También utiliza software para un proceso llamado litografía computacional para imprimir patrones con mayor precisión. La imprevisibilidad a nivel atómico en la reacción de las ondas de luz con los productos químicos fotorresistentes creó nuevos problemas con EUV que apenas existían con la litografía de longitud de onda más grande. Para detectar anomalías en la forma en que se refracta la luz, las herramientas de ASML proyectan luz en un patrón que difiere del que los fabricantes de chips quieren imprimir en un chip. Imprimir una “X” requiere utilizar un patrón con una forma muy diferente pero que termina creando una “X” cuando las ondas de luz inciden en la oblea de silicio.

El producto final, los chips, funciona de manera tan confiable porque solo tiene un componente: un bloque de silicio cubierto con otros metales. No hay partes móviles en un chip, a menos que cuentes los electrones que se mueven en su interior. Sin embargo, la producción de semiconductores avanzados ha dependido de algunas de las maquinarias más complejas jamás fabricadas. La herramienta de litografía EUV de ASML es la máquina herramienta producida en masa más cara de la historia, tan compleja que es imposible usarla sin una capacitación exhaustiva por parte del personal de ASML, que permanece en el sitio durante toda la vida útil de la herramienta. Cada escáner EUV tiene un logotipo ASML en su costado. Pero la experiencia de ASML, la compañía admite fácilmente, fue su capacidad para orquestar una extensa red de expertos en óptica, diseñadores de software, compañías de láser y muchos otros cuyas capacidades eran necesarias para hacer realidad el sueño de EUV.

Es fácil lamentar la deslocalización de la fabricación, como lo hizo Andy Grove durante los últimos años de su vida. Que una empresa holandesa, ASML, hubiera comercializado una tecnología iniciada en los Laboratorios Nacionales de Estados Unidos y financiada en gran medida por Intel sin duda habría irritado a los nacionalistas económicos estadounidenses, si alguien hubiera estado al tanto de la historia de la litografía o de la tecnología EUV. Sin embargo, las herramientas EUV de ASML no eran realmente holandesas, aunque fueron ensambladas en gran medida en los Países Bajos. Los componentes cruciales provinieron de Cymer en California y de Zeiss y Trumpf en Alemania. E incluso estas empresas alemanas dependían de piezas críticas de equipos producidos en Estados Unidos. La cuestión es que, en lugar de que un solo país pueda enorgullecerse de ser propietario de estas herramientas milagrosas, son producto de muchos países. Una herramienta con cientos de miles de piezas tiene muchos padres.

"¿Funcionará?" Andy Grove le había preguntado a John Carruthers antes de inver tir sus primeros 200 millones de dólares en EUV. Después de tres décadas de inver sión, miles de millones de dólares, una serie de innovaciones tecnológicas y el establecimiento de una de las cadenas de suministro más complejas del mundo, a mediados de la década de 2010, las herramientas EUV de ASML finalmente estaban listas para implementarse en el chip más avanzado del mundo.

La guerra de los chips. Chris Miller

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Cervantes nos odiaba a todos

«Los poetas, de acuerdo con su naturaleza, que es cabalmente una naturaleza de artistas, es decir, de hombres raros y excepcionales, no ensalzan siempre lo que merece ser ensalzado por todos los hombres, sino que prefieren lo que justo a ellos, en cuanto artistas, les parece bueno.

De igual modo, raras veces son afortunados sus ataques cuando cultivan la sátira. Cervantes habría podido combatir la Inquisición, mas prefirió poner en ridículo a las víctimas de aquélla, es decir, a los herejes e idealistas de toda especie.

Tras una vida llena de desventuras y contrariedades, todavía encontró gusto en lanzar un capital ataque literario contra una falsa dirección del gusto de los lectores españoles; combatió las novelas de caballería. Sin advertirlo, ese ataque se convirtió en sus manos en una ironizacion general de todas las aspiraciones superiores: hizo reír a España entera, incluidos todos los necios, y les hizo imaginar que ellos mismos eran sabios: es una realidad que ningún libro ha hecho reír tanto como el Don Quijote. Con semejante éxito, Cervantes forma parte de la decadencia de la cultura española, es una desgracia nacional.

Yo opino que Cervantes despreciaba a los hombres, sin excluirse a sí mismo; ¿o es que no hace otra cosa que divertirse cuando cuenta cómo se gastan bromas al enfermo en la corte del duque? Realmente, ¿no se habría reído incluso del hereje puesto sobre la hoguera? Más aún, ni siquiera le ahorra a su héroe aquel terrible cobrar conciencia de su estado al final de su vida: si no es crueldad, es frialdad, es dureza de corazón lo que le hizo escribir semejante escena final, es desprecio de los lectores, cuyas risas, como él sabía, no quedarían perturbadas por esta conclusión.»

Friedrich Nietzsche

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Las cosas siempre se han hecho así...

«Un equipo de científicos colocó a cinco monos en una jaula y, en su interior, una escalera y, sobre ella, un montón de plátanos. Cuando uno de los monos subía a la escalera para coger los plátanos, los científicos lanzaban un chorro de agua fría sobre el resto. Después de algún tiempo, cuando algún mono intentaba subir, los demás se lo impedían a palos. Al final, ninguno se atrevía a subir a pesar de la tentación de los plátanos. Entonces, los científicos sustituyeron a uno de los monos.

Lo primero que hizo el nuevo fue subir por la escalera, pero los demás le hicieron bajar rápidamente y le pegaron. Después de algunos golpes, el nuevo integrante del grupo ya no volvió a subir por la escalera. Cambiaron otro mono y ocurrió lo mismo. El primer sustituto participó con entusiasmo en la paliza al novato. Cambiaron un tercero y se repitió el hecho. El cuarto y, finalmente, el último de los veteranos fueron sustituidos.

Los científicos se quedaron, entonces, con un grupo de cinco monos. Ninguno de ellos había recibido el baño de agua fría, pero continuaban golpeando a aquel que intentaba llegar a los plátanos. Si fuese posible preguntarle a alguno de ellos por qué pegaban a quien intentase subir a la escalera, seguramente la respuesta sería: “No sé, aquí las cosas siempre se han hecho así”».

La verdad se equivoca. Santiago Pitarch.

El libro se puede descargar gratuitamente AQUI por cortesía del autor.

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Aquí es imposible que haya una guerra

PABLO: ¿Aquí?

LUIS: Sí, esto podría ser un buen campo de batalla. En aquel bosquecillo está emboscada la infantería. Por la explanada avanzan los tanques. Los tanques y la infantería son alemanes. Y allí, en aquella casa que están construyendo, se han parapetado los franceses.

PABLO: Aquello va a ser el Hospital Clínico.

LUIS: Ya, ya lo sé.

PABLO: También habría nidos de ametralladoras.

LUIS: Sí, aquí, donde estamos nosotros. Un nido de ametralladoras de los franceses. (Gatean hasta la elevación por la que se han dejado caer. Imitan las ametralladoras) Ta-ta-ta-ta…

PABLO: Ta-ta-ta-ta…

LUIS: Primero avanzan los tanques. Es para preparar el ataque de la infantería… Alguno vuela por los aires, despanzurrado… ¿No lo ves?

(PABLO le mira, sorprendido).

LUIS: Aquel de allí… Es porque todo este campo está minado por los franceses… ¡Dispara, dispara, Pablo, que ya sale la infantería del bosquecillo! ¡Ta-ta-ta! ¡Ta-ta-ta!

PABLO: (Que se ha quedado mirando fijamente a LUIS). ¡Pero bueno, tú estás chalado perdido!

LUIS: (Suspende su ardor combativo). Hombre, no vayas a pensar que todo esto me lo creo.

PABLO: Pues lo parece.

LUIS: No es eso. Lo que quería explicarte es que si leo una novela de guerra, pues lo veo todo… Y luego, si salgo al campo, lo vuelvo a ver. Aquí veo a los soldados de El tanque número 13 y de Sin novedad en el frente, que también la he leído. Y lo mismo me pasa con las del Oeste o las policíacas, no te creas…

(Por la expresión de PABLO se entiende que no tiene muy buena opinión del estado mental de su amigo).

LUIS: (Se ha quedado un momento en silencio, contemplando el campo). ¿Te imaginas que aquí hubiera una guerra de verdad?

PABLO: Pero ¿dónde te crees que estás? ¿En Abisinia? ¡Aquí qué va a haber una guerra!

LUIS: Bueno, pero se puede pensar.

PABLO: Aquí no puede haber guerra por muchas razones.

LUIS: ¿Por cuáles?

PABLO: Pues porque para una guerra hace falta mucho campo o el desierto, como en Abisinia, para hacer trincheras. Y aquí no se puede porque estamos en Madrid, en una ciudad. En las ciudades no puede haber batallas.

LUIS: Sí, es verdad.

PABLO: Y, además, está muy lejos la frontera. ¿Con quién podía España tener una guerra? ¿Con los franceses? ¿Con los portugueses? Pues fíjate, primero que lleguen hasta aquí, la guerra se ha acabado.

LUIS: Hombre, yo decía suponiendo que este sitio estuviera en otra parte, que no fuera la Ciudad Universitaria, ¿comprendes? Que estuviera, por ejemplo, cerca de los Pirineos.

PABLO: ¡Ah!, eso sí. Pero mientras este sitio esté aquí es imposible que haya una guerra.

LUIS: Sí, claro. Tienes razón.

Las bicicletas son para el verano -Fernando Fernán Gómez

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La chica del estanco

Estoy al final de un domingo monótono. Llueve incesantemente. Un domingo fastidiado porque he tenido que levantarme a las seis para sacar a pastar por las nubes a un Bréguet. Al cabo de diez minutos ha manifestado el deseo imperioso de regresar a las cuadras. (¿Te das cuenta de que hablo como el Abbé Delille?… ¡Oh, la vida provinciana!). Y por diez minutos de vuelo todo un domingo soñoliento. He pasado todo el día comprando cerillas, cigarrillos y sellos. La chica del estanco es monísima. En mi habitación ya tengo más de treinta cajas de cerillas y sellos para cuarenta años. Melancólico balance de ocho días de amor.

Una estanquera es algo maravilloso. El mostrador es hermoso como un trono. Uno se siente alejado y muy pequeño. Uno se oye decir con embriaguez: «Cuarenta céntimos…». Uno mendiga las palabras de amor de donde se puede.

Cartas a una amiga imaginaria. Antoine de Saint Exupery

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Caza de curdlos, Instrucciones para los extranjeros

Entre toda la caza mayor, el curdlo exige los valores más elevados del cazador, tanto personales como de su equipo. Puesto que este animal se ha adaptado, durante su evolución, a soportar los impactos de los meteoritos revistiéndose, a este fin, de una coraza imposible de perforar, los curdlos se cazan desde dentro.

Para la caza del curdlo son imprescindibles:

A) En la fase inicial: pasta de base, salsa de champiñones, perejil, sal y pimienta.

B) En la fase de caza propiamente dicha: una escobilla de paja de arroz, una bomba de relojería.

I. Preparativos en el puesto de espera.

La caza de curdlos es del tipo de espera. El cazador, habiéndose untado previamente con la pasta de base, se acurruca en un surco del estorgo, y una vez preparado así, los compañeros lo espolvorean con perejil picado y le echan sal y pimienta.

II. Cumplidos los preparativos, se espera a un curdlo. Cuando la fiera se acerque se debe, conservando la sangre fría, coger con ambas manos la bomba de relojería que se tenía entre las rodillas. Si el curdlo está hambriento, suele tragar en seguida. Si el curdlo no quiere comer, se le puede incitar palmeteándole ligeramente la lengua. Si se prevé un fracaso, hay quien aconseja ponerse más sal encima; sin embargo, es un paso arriesgado, ya que el curdlo puede estornudar. No existen muchos cazadores que hayan sobrevivido al estornudo de un curdlo.

III. El curdlo, una vez ha tragado, se relame y se aleja. El cazador tragado, procede inmediatamente a la fase activa, o sea, se quita el perejil y las especias con la ayuda de la escobilla, para que la pasta desarrolle libremente su acción purgativa; a continuación regula la bomba de reloj y se marcha con la mayor rapidez posible en la dirección opuesta a la de su entrada.

IV. Al abandonar al curdlo, cuidar de caer sobre las manos y pies para no hacerse daño.

Nota. El empleo de especias picantes está prohibido. Se prohíbe igualmente presentar a los curdlos bombas de relojería reguladas y espolvoreadas con perejil. Quien proceda de dicha manera, será perseguido y penado por caza furtiva.

Stanislaw Lem, Diarios de las estrellas

Viaje decimocuarto

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Acerca del nacionalismo

El nacionalista es, por definición, un ignorante. El nacionalismo es la vía de menor resistencia, el camino fácil.

El nacionalista no tiene problemas. Sabe, o cree saber, cuáles son sus valores, es decir, los valores nacionales, es decir, los valores de la nación a la que pertenece, éticos y políticos. No está interesado en los demás, los demás no son de su incumbencia. Diablos, es otra gente (otras naciones, otras tribus). Ni siquiera hay que aprender nada acerca de ellos.

El nacionalista ve a los demás a su imagen y semejanza: como nacionalistas. Un punto de vista cómodo, como hemos señalado. Miedo y envidia. Un compromiso y una implicación que no requieren esfuerzo. No sólo el infierno son los demás, en clave nacional, por supuesto, sino también: todo lo que no es mío (serbio, croata, francés…) me resulta ajeno.

El nacionalismo es una ideología de la banalidad. Como tal, el nacionalismo es una ideología totalitaria.

Acerca del Nacionalismo - Danilo Kiš

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Los ordenadores y las métáforas

Hace mucho tiempo, en una clase de Lengua, aprendí la definición de metáfora, que era más o menos así:

Una metáfora es una figura retórica que describe un objeto o una acción de un modo que no es literal, pero que ayuda a explicar una idea o a establecer una comparación. […] Las metáforas se utilizan en la poesía, la literatura y siempre que alguien quiere adornar un poco su vocabulario.

Mi profesor de Lengua nos dio ejemplos de metáforas, incluidos los versos más famosos de Shakespeare. «¿Qué luz alumbra aquella ventana? / Es el este, y Julieta es el sol». O «La vida es una sombra que camina, un mal actor / que en escena se inquieta y contonea / y nunca más se le oye». Y así sucesivamente. Me quedé con la idea de que la metáfora se utilizaba sobre todo para condimentar lo que, sin ella, podría ser anodino.

Muchos años después, leí el libro Metáforas de la vida cotidiana, escrito por el lingüista George Lakoff y el filósofo Mark Johnson. Mi anterior concepción de la metáfora sufrió un vuelco (si me perdonan la metáfora). La tesis de Lakoff y Johnson es que nuestro lenguaje cotidiano no solo está repleto de metáforas que suelen sernos invisibles, sino que nuestra comprensión de básicamente todos los conceptos abstractos se basa en metáforas derivadas de conocimientos físicos básicos. Lakoff y Johnson aportan pruebas de su tesis en forma de una amplia colección de ejemplos lingüísticos, que demuestran cómo conceptualizamos conceptos abstractos como tiempo, amor, tristeza, ira y pobreza usando términos de conceptos físicos concretos.

Por ejemplo, Lakoff y Johnson señalan que hablamos del concepto abstracto de tiempo con términos que se aplican al concepto más concreto de dinero. «Gastamos» o «ahorramos» tiempo. A menudo «no podemos desperdiciar el tiempo». A veces el tiempo que gastamos «vale la pena» y hemos «utilizado el tiempo de forma provechosa». Quizá conocemos a alguien que tiene «los días contados».

Del mismo modo, conceptualizamos estados emocionales como la felicidad y la tristeza en forma de direcciones físicas, hacia arriba y hacia abajo. Podemos «sentirnos hundidos» y «caer en una depresión». Nuestro estado de ánimo puede «caer a toda velocidad». Nuestros amigos suelen «levantarnos el ánimo» y nos dejan con «la moral alta».

Si vamos más allá, solemos conceptualizar las relaciones sociales en términos de temperatura física. «Me dieron una cálida bienvenida». «Me miró con frialdad». «Me trató fríamente». Estas expresiones están tan asentadas que no nos damos cuenta de que estamos hablando en lenguaje metafórico. La afirmación de Lakoff y Johnson de que estas metáforas revelan la base física de nuestra comprensión de los conceptos apoya la teoría de Lawrence Barsalou de que comprendemos mediante la simulación de modelos mentales construidos a partir de nuestro conocimiento básico.

Los psicólogos han investigado estas ideas a través de muchos experimentos fascinantes. Un grupo de científicos observó que la zona del cerebro que se activa cuando una persona piensa en el calor físico parece ser la misma que cuando piensa en el calor social. Para investigar las posibles consecuencias psicológicas, los investigadores llevaron a cabo un experimento con un grupo de sujetos voluntarios. Cada sujeto hizo un corto viaje en ascensor, acompañado por un miembro del equipo, hasta el laboratorio de psicología. Durante el trayecto, el miembro del laboratorio pedía al sujeto que sostuviera una taza de café caliente o helado «durante unos segundos» mientras él escribía el nombre de esa persona. Los sujetos no sabían que eso formaba parte del experimento. En el laboratorio, cada sujeto leía una breve descripción de una persona ficticia y se le pedía que valorara varios rasgos de su personalidad. Los que habían sostenido el café caliente en el ascensor consideraron a la persona de ficción mucho «más cálida» que los que habían sostenido el café helado.

Otros investigadores han obtenido resultados similares. Además, esta vinculación entre «temperatura» física y social también parece existir a la inversa: otros psicólogos han descubierto que las experiencias sociales «cálidas» o «frías» hacen que los sujetos sientan más calor o frío físico.

Aunque estos experimentos e interpretaciones siguen siendo objeto de controversia en el mundo de la psicología, se puede interpretar que los resultados respaldan las teorías de Barsalou y de Lakoff y Johnson: entendemos conceptos abstractos en términos de conocimientos físicos básicos. Si se activa mentalmente el concepto de calidez en sentido físico (por ejemplo, al sostener una taza de café caliente), se activa también el concepto de calidez en sentido más abstracto y metafórico, como al juzgar la personalidad de alguien, y viceversa.

Es difícil hablar de comprensión sin hablar de conciencia. Cuando empecé a escribir este libro, tenía pensado evitar por completo la cuestión de la conciencia, porque está llena de problemas científicos. Pero he decidido que me voy a permitir especular un poco. Si nuestra comprensión de conceptos y situaciones consiste en realizar simulaciones utilizando modelos mentales, quizá el fenómeno de la conciencia —y toda nuestra concepción del yo— proviene de nuestra capacidad para construir y simular modelos de nuestros propios modelos mentales. No solo puedo simular mentalmente, por ejemplo, el acto de cruzar la calle mientras hablo por teléfono, sino que puedo simularme mentalmente a mí misma pensándolo y puedo predecir lo que quizá voy a pensar a continuación. Tengo un modelo de mi propio modelo. Modelos de modelos, simulaciones de simulaciones: ¿por qué no? Y así como la percepción física del calor, por ejemplo, activa una percepción metafórica del calor y viceversa, nuestros conceptos relacionados con las sensaciones físicas pueden activar el concepto abstracto del yo, que se retroalimenta a través del sistema nervioso para producir una percepción física del yo, o de la conciencia, si se prefiere. Esta causalidad circular es similar a lo que Douglas Hofstadter llamaba el «extraño bucle» de la conciencia, «en el que los niveles simbólico y físico se retroalimentan mutuamente y vuelven la causalidad del revés, de forma que parece que los símbolos tienen libre albedrío y han adquirido la capacidad paradójica de mover las partículas, en lugar de lo contrario».

Inteligencia artificial. Melanie Mitchell.

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Esas cosillas de los europeos

Con todo, el hecho de que Letonia se presente o se considere una especie de virgen democrática (y, por tanto, rusófoba) no deja de ser desconcertante. Es cierto que un nacionalismo intrínseco permitió a las repúblicas bálticas librarse de la dominación rusa tras la Primera Guerra Mundial. Pero Estonia y Letonia (esta última se correspondía aproximadamente, en la época zarista, con Livonia, que también incluía una parte de la actual Estonia) destacaron por su apoyo al bolchevismo, muy superior a la media rusa. En las elecciones a la Asamblea Constituyente de 1917, la media de los bolcheviques en el conjunto del antiguo Imperio zarista fue del 24% de los votos[1]. ¡En Estonia, obtuvieron el 40% y en Livonia, el 72%! También debemos recordar a la Guardia letona, mimada por Lenin y que desempeñó un papel tan importante durante la Revolución rusa como fuerza encargada de mantener el orden. Una encuesta realizada en 1918 entre los primeros miembros de la Cheka, la policía política bolchevique, precursora del KGB, luego FSB, revela la afinidad de los letones con el comunismo. De una muestra de 894 individuos (los escalafones superiores de la jerarquía), sólo 361 eran rusos y 124 letones, 18 lituanos, 12 estonios, 21 ucranianos, 102 polacos y 116 judíos[2]. La sobrerrepresentación de minorías en una institución revolucionaria es de por sí normal, pero ese 13,8% de letones, que no representaban más del 2% de la población en el Imperio ruso, no está nada mal. Desde un punto de vista antropológico, no hay sorpresas: la estructura familiar tradicional de los Estados bálticos, en particular Estonia y Letonia, era comunitaria de tipo ruso, productora espontánea de autoritarismo e igualitarismo, así pues, de comunismo. Este fondo antropológico báltico se integró en la OTAN y en la Unión Europea en 2004.

Volvamos a las antiguas democracias populares, Hungría al margen. Hay un contraste sorprendente entre, por un lado, su resentimiento hacia Rusia y, por otro, la forma en que perdonaron a Alemania, a pesar de que había arrasado la región durante la Segunda Guerra Mundial y de que la Wehrmacht tuvo un comportamiento más despiadado que el Ejército Rojo. El entusiasmo con que los checos vendieron Skoda a Volkswagen en lugar de a Renault fue asombroso. Dada la importancia de la industria automovilística, se eligió entrar en la misma esfera germánica de la que tanto le había costado salir a Bohemia. De hecho, que países que a menudo fueron mártires del nazismo tomaran decisiones de este tipo plantea un verdadero interrogante al historiador. En momentos de abatimiento y mal humor, a veces me pregunto si, en ciertas naciones de Europa del Este, no hay un reconocimiento más o menos consciente hacia Alemania por haberlos librado de su «problema judío».

La derrota de Occidente. Emmanuel Todd.

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Platero y yo

Platero es pequeño, peludo, suave; tan blando por fuera, que se diría todo de algodón, que no lleva huesos. Sólo los espejos de azabache de sus ojos son duros cual dos escarabajos de cristal negro.

Lo dejo suelto, y se va al prado, y acaricia tibiamente con su hocico, rozándolas apenas, las florecillas rosas, celestes y gualdas... Lo llamo dulcemente: «¿Platero?», y viene a mí con un trotecillo alegre que parece que se ríe, en no sé qué cascabeleo ideal...

Come cuanto le doy. Le gustan las naranjas mandarinas, las uvas moscateles, todas de ámbar, los higos morados, con su cristalina gotita de miel...

Es tierno y mimoso igual que un niño, que una niña...; pero fuerte y seco por dentro, como de piedra. Cuando paso sobre él, los domingos, por las últimas callejas del pueblo, los hombres del campo, vestidos de limpio y despaciosos, se quedan mirándolo:

-Tien' asero...

Tiene acero. Acero y plata de luna, al mismo tiempo.

Juan Ramón Jiménez

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Depresivos

El sistema neoliberal no convierte al explotado en revolucionario, sino en depresivo.

Psicopolítica. Byung Chul Han

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Los que están contra el derecho a heredar

Los que están en contra de la riqueza hereditaria no sólo demuestran que son unos inútiles incapaces de crear nada para sus hijos, sino que declaran también, supongo que involuntariamente, que sus padres también lo eran.

Otto Ohlendorf. (Entrevistado por Joe Heydecker)

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No mires hacia arriba

No mires hacia arriba

Es lo que me ha venido a la cabeza al ver la siguiente imagen. ¿Y a ti?

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Lo poco que valemos

Al hablar de lo poco que valemos he hecho un severo examen de conciencia; me he preguntado si no me sumé de forma calculada a la inanidad de los tiempos presentes, para ganarme el derecho a condenar a los demás; seguro como estaba in petto de que mi nombre figuraría en medio de todos esos seres grises. No: estoy convencido de que nos desvaneceremos todos; en primer lugar, porque no hay en nosotros nada que nos haga perdurables; en segundo lugar, porque el siglo en el que comenzamos o terminamos nuestros días tampoco tiene él con qué hacernos perdurables. Generaciones castradas, agotadas, desdeñosas, sin fe, abocadas a la nada que aman, no podrían dar la inmortalidad; carecen de toda capacidad para crear un prestigio; aunque pegarais vuestros oídos a su boca no oiríais nada: no sale sonido alguno del corazón de los muertos.

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La dura vida del parapsicólogo

Ser parapsicólogo es ser un incomprendido, aunque los avances recientes en el conocimiento del cerebro ofrecen nuevas esperanzas. Dean Radin, que ha dedicado una gran cantidad de tiempo a la investigación de los fenómenos psíquicos (telepatía, telequinesia), nos da una idea de cómo es una típica semana para él:

El lunes me acusan de blasfemia unos fundamentalistas que piensan que los fenómenos psíquicos amenazan su fe en la doctrina religiosa revelada. El martes me acusan de culto religioso unos militantes del ateísmo que piensan que los fenómenos psíquicos amenazan su fe en la sabiduría científica revelada. El miércoles me acosan unos esquizofrénicos paranoicos que insisten en que consiga que el FBI deje de controlarles la mente. El jueves solicito unas becas de investigación que me van a denegar porque los comisarios del tribunal que las concede desconocen la existencia de ninguna prueba legítima de los fenómenos psíquicos. El viernes recibo una montaña de correspondencia de alumnos que me piden copia de todo cuanto he escrito en mi vida. El sábado recibo llamadas de científicos que quieren colaborar en la investigación siempre que les garantice que nadie tendrá noticia de su secreto interés. El domingo descanso e intento pensar en alguna manera de conseguir que los esquizofrénicos paranoicos empiecen a dirigirse a los fundamentalistas en vez de venir a hablar conmigo.

La historia de los fantasmas. Roger Clarke

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Por la nieve

¿Cómo se abre camino en la nieve virgen? Un hombre echa a andar, suda y blasfema, avanza sin apenas poder mover los pies, hundiéndose a cada instante en la esponjosa y profunda nieve. El hombre se marcha lejos, marcando su camino con irregulares hoyos negros. Se cansa, se acuesta en la nieve, enciende un pitillo, y el humo de la majorka[1] se extiende en una nube azulada sobre la nieve blanca y brillante. El hombre ya se ha marchado lejos, pero la nube sigue suspendida en el lugar en que se había detenido a descansar: el aire es casi inmóvil. Los caminos se abren siempre en los días de calma, para que los vientos no barran los trabajos de los hombres. El hombre se marca sus propios puntos de orientación en la infinitud nevada: una roca, un árbol alto. El hombre guía su propio cuerpo por la nieve del mismo modo que un timonel dirige la barca por el río de un saliente a otro.

Tras el angosto e inseguro rastro trazado se mueven cinco o seis hombres pegados el uno al otro, hombro con hombro. Pisan junto a la huella, pero no en ella. Al llegar a un lugar señalado de antemano regresan, y de nuevo caminan de manera que se aplaste la virgen superficie nevada, el espacio aún no hollado por pie humano alguno.

El camino está abierto. Por él puede ir gente, convoyes de trineos, tractores.

Si se sigue tras los pasos del primer hombre, huella a huella, se formará un sendero visible pero difícilmente transitable y estrecho: una trocha y no un camino, lleno de hoyos por los cuales es más difícil avanzar que por la nieve virgen.

El trabajo más duro es para el primero, y cuando a este se le agotan las fuerzas, lo reemplaza otro, de aquel mismo quinteto de cabeza. De entre los que siguen los pasos del primero, cada uno de ellos, incluso el más pequeño, el más débil, debe pisar un pedazo del manto nevado y no alguna otra huella.

Y sobre los tractores y a caballo no viajan los escritores, sino los lectores.

Relatos de Kolima. Varlam Shalamov

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Patriotismo (Yukio Mishima)

El teniente yacía, boca abajo, en un mar de sangre. La punta de la espada, que sobresalía de su nuca, parecía haberse hecho más prominente aun. Reiko anduvo negligentemente entre la sangre y se sentó al lado del cadáver de su marido. Lo observó atentamente. Tenía la mejilla apoyada en la alfombra, los ojos estaban muy abiertos, como si algo hubiera despertado su atención. Ella alzó la cabeza, la apoyó sobre su manga y, limpiándose la sangre de los labios, lo besó por ultima vez.

Luego tomó del armario una bata blanca y un cordón. Para evitar que su falda se desordenara, envolvió la manta alrededor de su cintura y la sujetó firmemente con el cordón.

Reiko se sentó muy cerca de Shinji. Extrajo la daga de su faja, examinó el brillo opaco de la hoja y la acercó a su lengua. El gusto del acero bruñido era ligeramente dulce.

Reiko no perdió tiempo. Pensó que el dolor que la había separado de su marido moribundo iba a formar ahora parte de su propia experiencia. Sólo vislumbró ante sí el gozo de penetrar en un reino que el amado Shinji ya había hecho suyo.

Había percibido algo inexplicable en la fisonomía agonizante de su marido. Algo nuevo. Le sería dado, pues, resolver el enigma.

Reiko sintió que, por fin, también podría participar de la verdadera y amarga dulzura del gran principio moral en que había creído el teniente.

Empujó entonces la punta de la daga contra la base de su garganta. La empujó fuertemente. La herida resultó poco profunda. Le ardía la cabeza y sus manos temblaban de forma incontrolable. Forzó la hoja hacia un costado y una sustancia caliente le anudó la boca. Todo se tiñó de rojo frente a sus ojos como el fluir de un río de sangre. Reunió todas sus fuerzas y hundió aun más profundamente la daga en su garganta.

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La novedad...

Nuestro deseo de novedad es inagotable. Por eso el capitalismo es un éxito y la monogamia no.

Wellness. Nathan Hill

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Los mercenarios españoles (1965-1967)

Una vez ocupada la ciudad, el mayor Martínez de Velasco decidió dejar una dotación de tres españoles, Ramos, Fernández y el sargento Martín Lorenzo, con dos ametralladoras y cincuenta soldados nativos mientras él, con el grueso de las fuerzas mercenarias, regresaba a Niangara. Su estancia, hasta la llegada de nuevas tropas provenientes del 6° Comando, debería durar de unos quince a veinte días.

Pasaron una noche tranquila pero, al amanecer, los simbas atacaron. Ramos manejaba solo una ametralladora y la otra era servida por Fernández y Martín Lorenzo. Los tenían a unos cuarenta metros y las ametralladoras iban barriendo los cuerpos de los atacantes. Así describió el sargento madrileño el ataque:

...las ametralladoras cantaban sin cesar, yo veía caer a los simbas pero no retrocedían, chillaban "¡adelante, adelante!", pero pronto cundió el pánico entre ellos, pues nosotros sabíamos que teníamos que defender nuestras vidas como fuese, pues caer en manos de ellos significaba morir entre horribles tormentos: te sacaban los ojos, te cortaban las partes... en fin, antes de morir te hacían maldecir el día en que naciste, por eso nos defendimos como fieras. Cuando se retiraron, la explanada estaba cubierta de simbas muertos o malheridos.

Después del ataque, los españoles reconocieron el campo de batalla y los soldados nativos se dedicaron a saquear los cadáveres de los simbas caídos en combate quitándoles el dinero, los cigarrillos y las armas y municiones. Los tres españoles bebieron, comieron y buscaron además a tres nativas. Martín Lorenzo se decía a sí mismo que, puestos a morir, se iría al otro mundo harto de todo.

Los simbas lo volvieron a intentar y, sobre las siete de la tarde, iniciaron el ataque, esta vez con más orden. En primer lugar unos disparos de tanteo y a continuación el asalto en masa, pero se encontraron de nuevo con la barrera de muerte que formaban los disparos de las ametralladoras. Finalmente, se replegaron y no volvieron a intentarlo más.

Soldados sin bandera - Joaquín Mañes Postigo

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El origen de los rituales

También las ratas se vuelven supersticiosas.

La rata sabe que haciendo determinada cosa saldrá una bolita de comida de una máquina. Pero la rata hace un montón de cosas y no sabe cual de ellas, en concreto, es la que hace que salga la bolita de comida. Sólo una cosa es útil, pero la rata no sabe cual es y hace treinta cosas... Y como funciona, las sigue haciendo. Todas. En el mismo orden.

Walkaway. Cory Doctorow.

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El cambio climático y el futuro de la alimentación mundial

Más allá de los cuatro grandes cultivos (trigo, soja, maíz y arroz), hay todo un mundo de otros productos alimentarios, cada uno con su futuro. Vamos a desglosar los diecisiete principales.

Los mayores impactos en el mundo de la agricultura se dejarán sentir en la cría de animales, al menos en términos relativos. La domesticación de animales es la invención humana original, anterior incluso al cultivo del trigo y el arroz. Y el mismo árbol tecnológico que nos trajo al mejor amigo del hombre y a la vigilancia de los graneros es responsable de todo, desde las hamburguesas hasta las alitas de pollo, pasando por el beicon y el foie gras. Pero, al igual que con casi todo lo demás, fue necesaria la Revolución Industrial combinada con el Orden globalizado para llevar la carne a las masas.

En la era preindustrial, los consumidores de carne se enfrentaban a tres retos. En primer lugar, los animales se criaban para el hogar. Las balanzas eran pequeñas porque las limitaciones de insumos impedían el crecimiento rápido de los animales. Se daban sobras a las gallinas; las vacas pastaban y producían leche. La proteína animal era un suplemento de nuestra dieta y, con la posible excepción de la leche y los huevos, no era algo que comiéramos todos los días. Hicieron falta los logros agrícolas de la era industrial, impulsados por los fertilizantes, para generar un exceso de producción de soja y cereales suficiente para proporcionar forraje a los animales.

El segundo reto, como siempre, era el transporte. El transporte a granel de animales vivos a largas distancias no era posible porque había que alimentarlos. La única excepción eran las ovejas, el animal que mejor aprovecha la hierba desde el punto de vista metabólico y, por tanto, puede engordar a base de pastos. Pero, incluso aquí, las ovejas (y el pastor) tenían que caminar hasta la ciudad. El ferrocarril, los barcos de vapor y los camiones aceleraron el proceso, pero el verdadero cambio no se produjo hasta el siglo XX, con el auge del transporte refrigerado de bajo coste. Ahora se pueden descuartizar y refrigerar los animales antes de enviarlos, y no hay que alimentar a los cadáveres.

En tercer lugar, el coste. Obtener la misma mezcla de proteínas y calorías de los animales cuesta aproximadamente nueve veces más que obtenerlas de las plantas. Fuera de la granja, la proteína animal se convierte en el bien de lujo por excelencia. Pero, en la era del Orden, los ingresos se dispararon junto con la población general. La demanda de todo tipo de carne se disparó, sobre todo a partir de 1990.

Nada de esto, por supuesto, es sostenible en un mundo posglobalizado. La producción de los cultivos utilizados para forraje —⁠sobre todo el maíz⁠— disminuirá. El transporte que lleva el maíz y la soja a los cebaderos y la carne al mundo se tambaleará. La renta mundial se desplomará, y las proteínas animales volverán a ser un lujo para el grueso de la población humana. La palabra clave es «gran parte». El nuevo mundo en su conjunto seguirá disfrutando de enormes excedentes de cereales y soja, lo que le permitirá continuar siguiendo el modelo de agricultura industrial en lo que respecta a la cría de animales.

Ese es el panorama más amplio. Sin embargo, hay otros más pequeños que siguen siendo bastante grandes.

La carne más comercializada es la de cerdo (el tercer producto agrícola más comercializado internacionalmente en valor), y su historia es dolorosamente sencilla. La carne de cerdo es la proteína animal prefería en Asia oriental. La mitad de la cabaña porcina mundial se cría en China, que recientemente se ha convertido también en el mayor importador de carne de cerdo del mundo. Cualquiera que haya apostado la granja a la demanda a largo plazo de China perderá la granja. Los centros secundarios de producción porcina de Dinamarca y España seguirán existiendo —⁠están lo suficientemente lejos del caos que será Europa central y oriental como para que los problemas de seguridad no los perturben⁠—, pero el aumento de los costes de los insumos reducirá la producción futura. Esto deja a los estadounidenses la tarea de dominar el resto del mercado, sobre todo en el Sudeste Asiático, donde la población local adora la carne de cerdo tanto como los chinos (en términos per cápita, los vietnamitas ya comen más).

El siguiente es el pollo (el décimo producto agrícola más comercializado internacionalmente en valor). Es, con mucho, la proteína animal más barata y menos quisquillosa, pero solo gracias a los insumos de la era industrial. Históricamente, los pollos han sido pequeños y escuálidos porque su dieta consistía en restos de mesas, insectos y semillas de hierba, pero, si se los alimenta con grano a granel, se hacen enormes. Algunos critican a la industria avícola estadounidense por el uso masivo de cercados, pero, si el objetivo es mantener el pollo como la más barata de las proteínas animales, es la única forma de criarlo. (Los verdaderos pollos de corral cuestan más por libra que la mayoría de los filetes, y las pechugas de pollo deshuesadas/sin piel cuestan más por libra que todos los cortes de filete, excepto el filet mignon)[145]. Esos encierros estadounidenses explican por qué Estados Unidos es el único exportador importante de carne de pollo, y por qué los precios del pollo fuera de Estados Unidos suelen triplicar o más el precio dentro.

Esto simplifica las cosas desde el punto de vista de la previsión. No hay nada en la producción de pollo estadounidense que vaya a verse afectado negativamente por la desglobalización. Para muchos, el pollo americano puede ser la única carne importada que permanezca a su alcance.

La leche de origen animal (8.ª en valor) ha sido fundamental en la dieta humana durante milenios, sobre todo en el sur de Asia, las zonas de África que hoy son el norte de Nigeria y Kenia y en todo el mundo occidental. Debido a su carácter extremadamente perecedero, la leche rara vez sale del país en el que se produce, con la única (y gran) excepción del mercado único de la UE, que se ha convertido en… extraño. La UE tiene una Política Agrícola Común (PAC), un programa de subvenciones que es, con diferencia, la mayor partida presupuestaria de la UE. La PAC no solo ha contribuido a mantener en activo a productores agrícolas no competitivos, sino que también ha fomentado involuntariamente la aparición de grandes centrales lecheras en países que históricamente no habían sido grandes productores de leche, sobre todo los Países Bajos, Alemania y Polonia. El resultado es una sobreinversión masiva, un exceso de producción y una venta a pérdida a escala mundial de todo tipo de productos lácteos, sobre todo queso (5.º en valor). Pero, si se suprime la UE y la PAC, desaparece la mayor parte del exceso de producción de leche y queso de Europa.

Por regla general, Estados Unidos tiene leche de mayor calidad y más barata que los europeos, pero el problema del carácter perecedero limita las exportaciones lácteas estadounidenses a leche en polvo de poco valor. Los estadounidenses no han desarrollado una cultura del queso como, por ejemplo, Francia. Los franceses y los italianos —⁠aunque son grandes beneficiarios de la PAC⁠— se han centrado en la producción de quesos nicho de alta calidad y muy apetecibles. Su demanda persistirá pase lo que pase con la UE. Yo me encargaré personalmente de que así sea. No cabe duda de que sus ventas se reducirán, pero seguirán teniendo fácil acceso a Norteamérica y el norte de África.

El verdadero futuro del sector lácteo mundial está en Nueva Zelanda. Los kiwis disfrutan de un clima templado, con veranos frescos e inviernos cálidos, mucha lluvia y ausencia de depredadores, por lo que sus vacas no necesitan cobijo, ni siquiera forraje. Los productos lácteos neozelandeses tienen una estructura de costes aún más baja que los estadounidenses, producen leche de mayor calidad que ellos y están desarrollando una cultura quesera al estilo francés, con un valor añadido increíble[146]. Una cosa más: cuando una vaca lechera deja de ser productiva, se envía al matadero. Ese pequeño detalle ha convertido a Nueva Zelanda en el quinto exportador mundial de…

… carne de vacuno (11.ª en valor). Junto con los neozelandeses, los principales productores de vacuno son Estados Unidos, Australia, Países Bajos, Canadá e Irlanda. De estos seis países, Estados Unidos es el que se encuentra en mejor posición, principalmente porque cuenta con vastas extensiones de tierras federales que los productores de carne de vacuno pueden arrendar para el pastoreo[147]. Por otro lado, la inestabilidad climática de Australia hará de este país el menos fiable de los grandes exportadores a largo plazo. La salida de carne de vacuno de los Países Bajos e Irlanda solo es posible con ayudas a la renta vinculadas a la PAC.

Técnicamente, India y Brasil también son grandes productores y exportadores, aunque —⁠de nuevo, técnicamente⁠— su «ternera» no procede del ganado vacuno, sino de un bicho llamado «cebú», más aclimatado al bochorno de los trópicos. Esto empuja su producto a una categoría de calidad inferior, pero no hay razón para esperar que desaparezca en un mundo desglobalizado. En todo caso, las limitaciones de infraestructuras en Brasil atraparán la soja en el interior del país y fomentarán la producción y exportación de más cebú, ya que tendrá un mayor valor añadido que la soja cruda. El cebú puede ser de baja calidad para los estándares de la carne de vacuno, pero, en un mundo de costes limitados, la carne más barata tendrá un atractivo propio.

Para todos los demás que quieren carne de vacuno, las opciones son escasas. Literalmente, escasas. Las típicas carnes de res estadounidenses (y canadienses, australianas y brasileñas) son enormes bestias que suelen pesar más de una tonelada en el momento del sacrificio. Además, alcanzan ese tamaño en cuestión de meses, en gran parte porque se las alimenta con una dieta constante de maíz y soja, y se les inyectan antibióticos y hormonas con regularidad para favorecer su crecimiento y supervivencia. El ganado vacuno más tradicional, alimentado al aire libre y menos manipulado, tarda entre tres y cinco veces más en madurar, tiene la paletilla centímetros más corta y suele tener un peso en matadero inferior a un tercio del de sus congéneres más manipulados, lo que, por cierto, lo convierte en la proteína animal más cara. Estas vacas «patrimoniales» pueden saber mejor a algunos paladares, pero, en un mundo de comercio y acceso restringidos, sus niveles de productividad mucho más bajos harán que la carne de vacuno pase de ser un alimento ocasional para el grueso de la humanidad a un alimento casi nunca consumido.

Mi mundo no puede funcionar sin café (7.º en valor) y estoy… preocupado. El café se parece mucho a la cocaína… en cuanto al lugar donde puede cultivarse. Exige una mezcla muy específica de condiciones de altitud, temperatura y humedad. Si el clima es demasiado seco, la cosecha se marchita. Si es demasiado húmedo, se pudre. Si hace demasiado calor, amarga. Y si hace demasiado frío no florece. La altitud ideal es de unos 2300 metros, lo que la sitúa muy por encima de la mayoría de las zonas habitadas y dificulta su mantenimiento y transporte. La cultura masiva del café solo es posible en un sistema globalizado en el que los insumos puedan acceder a zonas tan poco accesibles. El café arábica que se puede comprar en cualquier sitio, desde McDonald’s hasta tu cafetería expreso favorita, se enfrenta a los mayores desafíos, mientras que el café robusta que se utiliza para el café instantáneo tolera mucho mejor el calor y la sequía. La combinación de desglobalización y cambio climático sugiere que la mayor parte del mundo está a punto de recibir una bajada de café.

El aceite de palma (6.º en valor) es ubicuo. En productos no alimentarios, aparece en jabones, champús, desodorantes y dentífricos. También está presente en casi todos los alimentos procesados imaginables. Mientras que la mantequilla y el aceite de oliva pueden utilizarse en la preparación de pequeños lotes de alimentos para su distribución local, salvo algunas tecnologías punteras de procesado, los lácteos y las aceitunas tienden a estropearse y/o volverse amargos cuando se someten a un calor o un movimiento excesivos. Y, en cualquier caso, el aceite de palma es más barato que ambos. Esto obliga a cambiar al aceite de palma para proteger la textura y prolongar la vida útil, sobre todo si el producto es untable. Sin aceite de palma no habría margarina, ni masa de pizza, ni fideos instantáneos, ni helados, ni… ¡Nutella!

La palma necesita un suelo fértil, nada de frío y mucha agua todo el tiempo, por lo que es ideal para los trópicos costeros. Los mayores productores, con diferencia, están en el Sudeste Asiático. El principal problema en el futuro será la fertilidad del suelo. En el sudeste asiático practican la agricultura de roza y quema para generar los nutrientes necesarios para el suelo, pero eso solo puede hacerse una vez. Después, hay que fertilizar o quebrar, y es probable que el Sudeste Asiático sufra escasez de fertilizantes, sobre todo de potasio y fosfato.

Hay algunos parches. Lo que hace que el aceite de palma funcione es su grasa: si se añade hidrógeno a los átomos de carbono que forman la columna vertebral de hidrocarburo de una molécula de aceite, se convierte en un sólido a temperatura ambiente (esto es lo de «hidrogenado» que se ve en la etiqueta de ingredientes de la mayoría de los alimentos procesados). Aunque el aceite de palma es el mejor (¡y el más barato!), también puede hacerse con aceite de soja, maíz o algodón. No es tan sabroso —⁠como muchos europeos comentarán largo y tendido cuando se lamenten de la comida procesada estadounidense, rica en aceite de soja y de maíz⁠—, pero sigue funcionando. Sin embargo, si salimos de las zonas templadas, estas opciones se vuelven más difíciles, sobre todo si el comercio mundial se resquebraja.

La pérdida de comercio de aceite de palma para el mundo avanzado es un problema muy del primer mundo: se trata de sabor y textura. Para el mundo en desarrollo se trata de la vida útil, y eso se traduce rápidamente de conveniencia a terror. Muchos pueden pensar que el acceso universal a los alimentos procesados es una de las causas de la obesidad y no se equivocan. Pero ese acceso es también una de las glorias del Orden. La mayor parte del mundo en desarrollo carece de experiencia en el mantenimiento de grandes poblaciones sin alimentos almacenables. Si se retira el aceite de palma de las zonas que no pueden producir su propio aceite de cocina, las hambrunas estacionales están prácticamente garantizadas.

Después de que los íberos rompieran las Rutas de la Seda con su comercio de especias impulsado por la marina, muchos de los imperios europeos se dedicaron a disputarse el azúcar (12.º en valor). El azúcar de caña es muy exigente. Necesita agua constantemente, pero también calor, y prefiere las llanuras aluviales inundables y sin sal. Hay muy pocos lugares en el planeta que cumplan estos criterios. La mayoría están en Brasil y el Caribe. En el siglo XIX, los alemanes se enfrentaron a los británicos y, al hacerlo, perdieron el acceso a todo lo procedente de lugares cálidos. Su solución fue cortar las plantas locales y cruzarlas para crear lo que hoy conocemos como «remolacha azucarera». La remolacha azucarera es tan buena en climas fríos como la remolacha normal[148]. Esto sugiere que cualquier clima razonablemente fresco y templado —⁠y eso incluye Alemania, Rusia, Turquía, Canadá, Francia y el norte de Estados Unidos⁠— debería poder abastecerse de azúcar de remolacha.

El rey del azúcar de caña —⁠que, admitámoslo, sabe mucho mejor que el de remolacha⁠— es Cuba, que tiene el clima perfecto para lo que normalmente es un producto exigente. Cualquier país capaz de mantener relaciones económicas normales con los cubanos disfrutará de un tsunami del dulce… que destrozaría absolutamente la economía del azúcar de remolacha, más caro y de menor calidad[149].

El tabaco (14.º en valor) es una belladona que exige calor y humedad sin calentarse ni mojarse demasiado. Esto significa una estrecha lista de lugares: las Carolinas, Anatolia, las zonas más secas de Brasil e Indonesia, una franja de las zonas más frías de las tierras altas del Gran Rift africano, zonas costeras de la India y las regiones chinas de Yunnan, Hunan y Sichuan. Sin alcance mundial no solo no hay petróleo ni fabricación mundiales, sino que tampoco hay tabaco mundial. Si estás enganchado a los cigarrillos y careces de acceso casi inmediato a una de esas zonas de producción, la desglobalización está a punto de ayudarte a dejar de fumar. Los franceses, polacos y rusos adictos a la nicotina tendrán especiales dificultades para acceder a los cancerígenos palitos de la muerte.

Los plátanos (18.º por valor) varían enormemente en cuanto al tipo, pero todos tienen tres características clave. En primer lugar, necesitan los trópicos y el calor, la humedad, el agua y la ausencia de invierno que los acompañan.

En segundo lugar, cultivar y cosechar plátanos es posiblemente el proceso agrícola que requiere más mano de obra y más fertilizantes. No se necesitan simplemente los trópicos; se necesita un país muy pobre, muy poblado y con un acceso internacional fiable.

En tercer lugar, los plátanos —⁠especialmente la variedad Cavendish que disfrutan los estadounidenses⁠— son clones, lo que los hace eminente y peligrosamente vulnerables a las plagas y, especialmente, a las enfermedades fúngicas. Si se infecta un platanero, normalmente hay que arrasar toda la plantación. Para los amantes de lo orgánico que se niegan a comer cualquier cosa que haya sido tocada con algo artificial, sepan que un radio de aproximadamente media milla alrededor de las plantaciones de plátanos está prácticamente plagado de pesticidas (eminentemente no orgánicos), herbicidas y fungicidas para proteger sus propensiones. Los productos orgánicos también suelen cultivarse en zonas más altas y secas para limitar las plagas, lo que significa que los plátanos necesitan una irrigación masiva para crecer. El resultado es el producto alimentario con la mayor huella química y de carbono, así como la mayor rotación de personal por fallecimiento en cualquier grupo de productos de cualquier industria. Que aproveche.

El algodón (17.º en valor) es una planta extraña, ya que necesita mucha agua y sol, y no hay muchos lugares en el planeta que sean desiertos pantanosos. La solución, por supuesto, es el riego. Los egipcios aprovechan el Nilo, los pakistaníes el Indo y los turcomanos y uzbekos el Amu y el Syr. La desglobalización por sí sola obligará a los cuatro pueblos a pasar del algodón que pueden vender en el extranjero a los cultivos que pueden comer, e, incluso si no se produce la desglobalización, un toque de cambio climático reducirá el agua que los cuatro tienen disponible para el riego.

El algodón chino se enfrenta a problemas aún mayores, no (simplemente) porque se cultive en la eslavocracia genocida de Xinjiang, sino porque los ríos de Xinjiang no desembocan en el océano, sino en la cuenca interna, terminal y hace tiempo desertificada del Tarim. Bastarían muy pocos cambios en las normas climáticas para que esos ríos se secaran hasta la inutilidad y se llevaran consigo cualquier esperanza de regar los sedientos campos de algodón de Xinjiang. El algodón indio será probablemente más sostenible, pero depende de los monzones, por lo que su producción perderá fiabilidad.

No importa cómo tejas esta manta, tendremos una escasez mundial de algodón.

Solo hay dos grandes productores que pueden seguir jugando: los países del hemisferio occidental, Brasil y Estados Unidos. Puede que su algodón no sea la variedad de fibra larga que prefiere el mundo, pero se produce en el hemisferio más seguro y no requiere tanta irrigación, lo que hace que los suministros brasileños y estadounidenses sean mucho más fiables en el mundo venidero.

Los cítricos (16.º) se parecen un poco al algodón en su deseo de mucho calor y agua. Por suerte, también necesita mucha humedad y se expande allí donde es posible su cultivo. El futuro de los cítricos está bastante claro. En los lugares donde el clima es apropiado y llueve lo suficiente como para no tener que regar —⁠principalmente Florida y el norte de Brasil⁠— todo parece ir de maravilla. Pero en aquellos lugares donde los efectos del Orden por excelencia han permitido el cultivo mediante la aplicación masiva de capital, fertilizantes e irrigación —⁠sobre todo Egipto y España⁠— deberían despedirse de sus naranjas y uvas.

Todo lo que sea jugoso y esté en una vid necesita un riego constante y controlado, ya sean uvas de mesa o de vino (20.º por valor). Si se riega poco, se marchitan y, si se riegan mucho, se parten. La clave es el control, y eso significa climas secos más capacidad de riego. Algunas de las mejores uvas del mundo proceden de las regiones áridas y, sobre todo, desérticas de California, Italia, España, Argentina, Australia, Chile, Irán y el gran valle del río Columbia, en el estado de Washington.

La oferta disminuirá. El riego requiere capital, lo que en el mundo del vino no ha sido un problema en las tres últimas décadas. Pronto lo será. Pero la oferta caerá solo un poco. La mayoría de los productores son del nuevo mundo o —⁠como Sudáfrica y Francia⁠— al menos parcialmente inmunes al caos que se avecina.

La demanda, en cambio, caerá más. Si se rompe el crecimiento económico mundial, la demanda mundial de bebidas alcohólicas de alto coste se romperá con él. En conjunto, el vino es uno de los pocos productos agrícolas que pueden abaratarse. Por desgracia, no estoy en condiciones de predecir si el vino mejorará[150].

El clima preferido tanto para el girasol (19.º por valor) como para la colza (23.º) —⁠cultivos en hileras que se trituran por su aceite⁠— es el de las zonas más frescas y semiáridas. Entre los mayores proveedores del mundo se encuentran Ucrania, que probablemente abandonará el mercado, y las provincias de las praderas canadienses, que envían casi toda su producción a China, un mercado que implosionará. Por suerte para los canadienses, la mayor parte del territorio de girasol y colza puede reutilizarse para la producción de trigo.

Las manzanas y las peras (en conjunto 21.º por valor) solían ser los cultivos fáciles, pero en el Orden globalizado todos decidimos que las manzanas del tamaño de pelotas de tenis no eran suficientes. Si quieres una manzana del tamaño de tu cabeza, necesitas fertilizantes y riego. El resultado ha sido un grado salvaje de segmentación del mercado, no solo entre países, sino dentro de ellos. Gran parte de esta variedad requiere el acceso a diferentes microclimas, y, en un mundo en el que no interactuamos tanto, esa variedad será necesariamente limitada. Los mayores exportadores brutos que desaparecerán de los mercados mundiales son los que sencillamente no pueden sacar su producto: sobre todo la mayor parte de los países europeos y China (cuyas manzanas son un poco asquerosas de todos modos). Los grandes mercados en crecimiento del Sudeste Asiático y América Latina deberían ir bien, lo cual es una gran noticia para los productores de Estados Unidos, Argentina y Chile.

Por último, llegamos a lo que hace posible el maravilloso chocolate: el cacao (22.º en valor). Piensa en él como una versión del café más tolerante al calor y de menor altitud, con preferencia por la humedad tropical. Procede básicamente de dos lugares: la producción de África occidental se enfrenta a limitaciones de seguridad y acceso al comercio, insumos materiales y fuentes de capital (y, probablemente, climáticas), mientras que México parece estar perfectamente. Si prefieres las variedades centroamericanas ligeramente afrutadas, no tendrás ningún problema. Pero si tu concepto de chocolate es el ultradenso, fuerte como un mazo, que te desconcierta, que te deja sin aire, por el que se conoce al cacao de África occidental, la vida está a punto de volverse mucho menos dulce.

El fin del mundo sólo es el comienzo. Peter Ziehan.

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Ver y no entender

Ver y no entender es lo mismo que inventar. Vivo, veo y no entiendo. Vivo en un mundo inventado por otro que no se tomó la molestia de explicármelo.

El caracol en la Pendiente A. y B. Strugatski

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