Un estudio científico achaca la extinción masiva de especies tras el impacto del meteorito Chicxulub en el Yucatán hace 66 millones de años al cortocircuito que provocó en la cadena trófica la acidificación de la zona superior de los océanos, de menor entidad que la que sufrirán los mares a finales de este siglo si se mantienen las emisiones de CO2.