Colocar el router en el centro de la vivienda sin obstáculos próximos es básico para tener una buena cobertura wifi. Lo que muchos usuarios desconocen es que hay una razón adicional si tienes un router WiFi 6. Una de sus novedades fue MU-MIMO. El punto de acceso realiza un proceso llamado sounding en el que envía una señal de prueba en diferentes direcciones y cada cliente informa de la fuerza con la que le llega. A partir de ese momento el router sabe en qué dirección está cada cliente y puede orientar la señal cuando habla con el.

El MIMO (Multiple Input Multiple Output) lleva con nosotros un tiempo. Lo usan las redes inalámbricas desde el WiFi 4/n y las redes móviles desde que se lanzó el 4G. Consiste en aprovechar los diferentes trayectos que sigue la señal en el espacio hasta llegar al cliente para crear flujos paralelos que directamente duplican la velocidad. Es algo así como lo que hacen tus oídos al escuchar en estéreo las señales que vienen de dos altavoces.

Si estás esperando tener un router WiFi 6 solo para tener más velocidad, vas a llevarte una decepción cuando veas los resultados. El talento de WiFi 6 no es la velocidad, es su capacidad para mantenerla incluso con cientos de usuarios conectados teniendo que compartir el canal con las redes de tus vecinos. Funcionando sobre una nueva banda wifi con 24 nuevos canales vírgenes, donde no existen dispositivos obsoletos de generaciones anteriores de wifi que ralenticen la red y solo hay equipos WiFi 6 que se coordinan y respetan entre sí.

Las puertas del furgón se abren par a dejar entrar a las brigadas fronterizas del ejército ucraniano, que atraviesan el vehículo, pertrechados de Kalashnikovs y expresiones de acero. ''¿Amantes del arte?'', le inquiero desconcertado. ''Si, tienen una mirada totalmente entrenada de la cual muchas sociedades carecen''. Gracias, entre otros factores, a que ''durante la época comunista, la ópera, el teatro o el ballet, entre otros espectáculos, estaban al alcance de todas las clases sociales'', explica.

El fotógrafo Daniel Sorine se topó con dos mimos en Central Park en el año 1974 y se tomó unos momentos para observarlos. Cuatro décadas después, Sorine se encontró con los negativos de estas imágenes descubriendo a un joven Robin Williams.