Los videojuegos son una actividad sedentaria. Incluso la experiencia visual más impactante termina viviéndose en una silla o sofá. Esto tiene sus problemas, como bien te dirán los expertos en ergonomía, los humanos no están diseñados para estar sentados largas horas. Una posible solución es una silla para jugar. Además de mayor comodidad suelen incorporar posavasos, altavoces, soportes para controles, etc. Pero, ¿realmente funcionan o son un desperdicio de dinero?