La referencia más antigua conocida al bonacon (sus variantes son ‘bonachus’, ‘bonaconn’ y ‘bonaso’) se encontraría en la Historia Natural de Plinio el Viejo. Según Plinio, este animal puede encontrarse en la región de Peonia, que corresponde aproximadamente a lo que son hoy el norte de Grecia, Macedonia y Bulgaria occidental. Plinio indica que la criatura “tiene la crin de un caballo, pero es en otros aspectos como el toro, con cuernos, aunque tan doblados hacia dentro el uno contra el otro que no le resultan útiles para entrar en combate.”