El año pasado fue el más peligroso para la gente que defiende los recursos naturales, las tierras de sus comunidades o la vida salvaje. Una nueva investigación muestra que los defensores del medio ambiente son asesinados a un ritmo de cuatro por semana en todo el mundo. 200 activistas medioambientales, guardabosques y líderes indígenas que trataban de defender sus tierras fueron asesinados en 2016, según la asociación Global Witness. Supone más del doble que hace cinco años.