No queremos tener que ser valientes volviendo a casa por las noches; no queremos que nadie nos tenga que proteger. “El piropo es un micromachismo que está en la base de la pirámide de la violencia, esa en cuya cima se acaba matando. Es un machismo indirecto, escondido, buenista, suave, que parece que no daña… Es aquel que, bajo el mensaje del amor romántico, permite la invasión“.