Efectivamente, la evidencia disponible sobre los trastornos mentales dentro de la población LGTB señala que la prevalencia es mayor que entre la población heterosexual (Meyer, 2003). Pero, a diferencia de lo que parece señalar Elósegui, no es tan sencillo saber a qué se debe este exceso de prevalencia dentro de la comunidad LGTB. No debemos olvidar que hasta 1973 la homosexualidad fue categorizada como una enfermedad psiquiátrica.