La idea de los alemanes durante la Primera Guerra Mundial era avanzar rápidamente en el frente occidental para luego poder centrarse en el frente ruso. Bélgica y Luxemburgo fueron tomadas con facilidad, pero, a las puertas de París, en la llamada primera batalla del Marne, en septiembre de 1914, las fuerzas aliadas consiguieron parar la ofensiva alemana gracias a la flota de taxis de la capital francesa.