Las aves carroñeras, con mención especial para el Buitre leonado (Gyps fulvus), parecen haber superado la crisis motivada por la encefalopatía espongiforme bovina (enfermedad de las vacas locas) que modificó la legislación sobre muladares y limitó extraordinariamente la alimentación suplementaria de estas aves, afectando a su evolución. La psicosis social generada por presuntos ataques de buitres a rebaños parece haber quedado superada y desmentida también por estudios científicos que descartan este tipo de actitudes en las aves carroñeras.