En 1959, el entonces joven fotógrafo chileno y postulante a entrar a Magnum, es mandado por el propio Henri Cartier Bresson a realizar un encargo imposible a Sicilia: un reportaje al temido Giuseppe Genco Russo, considerado por muchos como el jefe de la cosa nostra en la isla. Russo aún era un desconocido para los grandes medios. Nadie había podido retratarlo Y Larraín viaja a Sicilia con ese alocado propósito.