El sepulcro contiene los restos de una mujer, junto con artefactos que datan de los siglos I y II de nuestra era. Apodada la Bella Durmiente, la dama estaba acurrucada con la barbilla apoyada en su mano y llevaba un anillo de bronce, fue enterrada de cara a un espejo romano de bronce, lo que sugiere que era una mujer hermosa, adorada en el momento de su muerte.