Érase una vez... Sí tuviese que contarle a un niño la aventura humana, escogería esta época, dónde yo soy testigo perplejo sin resistencia, actor obligado con doble rol, el de convidado y anfitrión. También escogería un titulo maravilloso, y una sugerente ilustración, ciñéndose a la tradición de los hermanos ‘Grimm’ lo intitularía: «El sembrador de montañas»…