Los hornos microondas no son un juguete, y la misma tecnología que nos calienta el cocido de ayer, puede resultar muy peligrosa si hacemos el tonto con ella. Eso es precisamente lo que han hecho dos jóvenes rusos tan ingeniosos como inconscientes. Han desmontado un microondas y lo han convertido en un cañón portátil casero.