El alzamiento de los gamers hacia las políticas identitarias de la prensa de los videojuegos así como a la falta de ética periodística del sector en cuestión. Se hace un análisis de como funciona la industria de los videojuegos y como a través del detonante del escándalo con Zoey Quinn, la prensa atacó de forma múltiple y coordinada a la comunidad Gamer y como esta respondió con el movimiento GamerGate, plantando cara frente a la manipulación de los medios que pretendían venderlo como un movimiento de acoso de la extrema derecha.