Cuando apenas tenía dos años, Zion Harvey sufrió una sepsis, una grave enfermedad que ocurre cuando el cuerpo desarrolla una fuerte respuesta inmunitaria ante el ataque de una bacteria y que puede llegar a ser mortal. El niño afrontó, entre otras complicaciones, la amputación de sus manos, parte de sus piernas y la pérdida de sus riñones. Zion se sometió a una cirugía de más de diez horas para recibir un doble trasplante de manos. Según un estudio publicado en The Lancet, el niño ya puede escribir, alimentarse y vestirse por sí solo.
|
etiquetas: trasplante , calidad de vida