El coche eléctrico sigue teniendo un problema: las cargas. Tener o no tener garaje donde guardar un vehículo de este tipo sigue siendo decisivo para muchas personas que estarían interesadas en dar el salto a esta tecnología. La propuesta de Rheinmetall es sencilla: aparcar, sacar el cable del coche y enchufarlo al suelo. Un mecanismo que según sus creadores puede ofrecer puntos de carga de hasta 22 kW de potencia mediante corriente alterna, una velocidad ya interesante.
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