Suleyman se cansó de avisar a Google sobre el futuro de la búsqueda: es conversacional, más parecido a un chat que a una lista de enlaces, decía. Nadie le hizo caso. Frustrado y con ChatGPT pisando los talones, abandonó el gigante en 2022 para montar su propia startup, Inflection AI, creadora de un asistente que parece sacado de la película Her. "Un ejemplo de lo que la IA podría hacer es ganar un millón de dólares por sí misma. Necesitaría investigar y diseñar productos; interactuar con fabricantes y centros logísticos; negociar contratos..."
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