Los sensores son bastante difíciles de colocar dentro de las células sin dañarlos. Sin embargo, los científicos de Harvard descubrieron cómo sortear esta limitación: cultivar células que ya tienen componentes electrónicos. Para lograrlo usaron sensores nanoelectrónicos flexibles hechos en forma de una red expandible. Luego se aplicaron varias capas de células madre a estos sensores. El resultado son órganos con sensores totalmente integrados. Permitirá estudiar cómo afectan a los órganos desde dentro. En español:
bit.ly/2ZbRpge