Este "carrito" recibe una notificación cada vez que un dron necesita hacer una entrega y se desplaza a un lugar determinado (pensemos, por ejemplo, el jardín de una casa). Una vez allí, y mediante balizas señalizadoras que utilizan infrarrojos, indica al dron dónde se encuentra y dónde debe dejar éste su carga. El dron procede entonces a depositar el paquete dentro del carrito. Una vez la carga esté a salvo dentro del receptáculo, la idea es que éste se desplace inmediatamente hasta un lugar seguro.
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