Uno de los problemas básicos con los que los fabricantes deben lidiar a menudo es con el sobrecalentamiento de sus equipos. Si no se consigue refrigerar correctamente, el dispositivo puede dejar de funcionar o limitar algunas de sus funciones. Es lo que ocurre con la Canon EOS R5, que no permite grabar en 8K durante un periodo prolongado debido a las altas temperaturas que alcanza el procesador. A no ser, claro,
que incorpores un sistema de refrigeración propio.