Para los católicos más tradicionales, la proclamación de la República equivalía a una catástrofe. Sin embargo, otro sector de la Iglesia eran creyentes que vieron en la República una oportunidad de renovación religiosa. Sin duda, el deán de la catedral de Granada, Luis López-Dóriga, fue el cura que se situó más a la izquierda, defendiendo en las Cortes la separación de Iglesia y Estado. Mención especial merecen los curas vascos. Entre los laicos encontramos a generales, intelectuales y políticos, a destacar a Ángel Ossorio y Gallardo.
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Y me contaba muchas cosas que algunos de Menéame no entenderían, sobre la reconciliación, sobre que generaciones futuras no viviesen lo mismo