Se cuenta que una noche, de pronto, sin razón aparente, un cuervo comenzó a perseguir a una luciérnaga.
Esta comenzó a volar muy rápido para poder huir del pájaro y así estuvo un día entero. A la noche siguiente, el cuervo comenzó de nuevo a perseguirla con la intención de atacarla. Y de nuevo la luciérnaga consiguió huir.
Pero a la tercera noche, cuando el cuervo volvió a perseguirla, la pobre luciérnaga, completamente agotada, se rindió y dejó que el pájaro la alcanzara.
Cuando este ya estaba a punto de acabar con ella, la luciérnaga le dijo:
-¿Puedo hacerte tres preguntas antes de morir?
-Bueno, no suelo conceder este tipo de deseos a nadie, pero como te voy a devorar puedes preguntar -contestó el cuervo.
-Entonces dime, ¿pertenezco a tu cadena alimenticia?
-No, claro que no -contestó el cuervo.
-¿Te he hecho algo para que me ataques de esa forma?
-No -contestó de nuevo el cuervo.
-Entonces... ¿por qué quieres acabar conmigo?
-Porque no soporto verte brillar.
Cuento de Esopo