Tras el desarrollo del programa estadounidense de transbordadores espaciales, la Unión Soviética también se embarcó en su propia versión. Este programa espacial poco conocido, que costó miles de millones de dólares, era conocido como Buran y, al igual que sus homólogos estadounidenses, el diseño de su transbordador era sorprendentemente similar. Pero a diferencia del transbordador de la NASA, el Buran sólo volaría en una única misión al espacio sin tripulación y acabaría cayendo en el olvido. Décadas más tarde, sin embargo, aún quedan restos.