Educación trilingüe, chino mandarín obligatorio, formación en Nanociencia y Blockchain, piscina de nado contracorriente, rocódromo, conservatorio de música, internado, medición de la huella de carbono, dos profesores por aula, posterior ingreso en las mejores universidades del mundo… La oferta formativa y extracurricular de los centros que eligen las élites para que estudien sus hijos es inagotable y cada vez más exclusiva.