Fue un aventurero codicioso y pertinaz, le pusieron apodos como filibustero e inmortal, actuó con oportunismo y sin moral, y sus acciones respondieron a un concepto imperialista que consideraba superior al blanco anglosajón sobre el mestizo hispanoamericano. Y, sin embargo, no se trataba del clásico buscavidas o del mercenario sin escrúpulos sino de un titulado en Medicina y Derecho, poseedor de una cultura que le permitió ejercer de periodista y entrar en política… aunque fuera en un país extranjero del que se adueñó por las armas.
|
etiquetas: nicaragua , william walker , estados unidos , independencia