Ovidio aconseja a los jóvenes cómo deben cuidarse para atraer a sus amadas, despreocupándose de lo superficial, como es rizarse el pelo y quitarse el vello, pero recomendando buscar un buen barbero pues ha de mostrarse aseado pero no ha de ser vanidoso. El cuidado en demasía era para él una mala cualidad en un hombre. Contra ese peligro advierte a las jóvenes romanas. Aconseja sobre los peligros de elegir a un hombre demasiado presumido
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