Científicos de la Universidad de Texas en Austin (Estados Unidos) han descubierto por qué las ranas venenosas no se envenenan, un hallazgo publicado en la revista 'Science' que podría tener consecuencias potenciales para la lucha contra el dolor y la adicción. La investigación se ha centrado en un subgrupo de ranas venenosas que utilizan la toxina epibatidina para evitar que los depredadores las coman.
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