El concierto está a punto de acabar y, desde el centro del escenario y el epicentro de la emoción, Joan Manuel Serrat contempla conmovido su obra: un WiZink Center hasta la bandera por tercera noche consecutiva con 12.000 personas aplaudiendo en pie, agitándose con los brazos en alto, habitando en un presente que en breves instantes será un hermoso recuerdo para siempre.Intenta también atrapar ese momento el cantante pues, al ser esta su gira de despedida, ya no volverá a pisar un escenario madrileño nunca más
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