Descubren un canal de protones que permitiría a las papilas gustativas detectar la agrura de los alimentos. Además, en el oído interno, este transportador también participaría en el mantenimiento de la estabilidad corporal. Científicos de la USC han descubierto algo inesperado: una proteína, Otop1, relaciona la percepción del sabor ácido con el equilibrio. Otop1 forma un canal iónico que permite el paso de los protones a través de la membrana de las células.
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