Hay que huir de prejuicios y evitar ciertos miedos. Aplicar medidas decrecentistas no significa perder calidad de vida; significa ralentización y recuperar valores para vivir mejor. Estamos viviendo una situación distópica para la que no estamos preparados, porque no hay peor ciego que aquel que no quiere ver y porque existen demasiados intereses en que la ciudadanía no abra los ojos ni desarrolle espíritu crítico y, menos aún, que adquiera compromiso y empoderamiento para incidir en aquello que la atañe.
|
etiquetas: revueltas sociales , autodestrucción , decrecimiento , distopía