Nadie desea de verdad que imitemos a la naturaleza en todo punto, pero nadie renuncia sin embargo de buena gana a la idea de que la Naturaleza tiene que servirnos de ejemplo o de modelo. Las consideraciones sobre lo que va contra natura y lo que es natural (supuestamente equivalente a normal, sano, bueno…) ponen demasiadas veces en cortocircuito la reflexión sobre lo que sería bueno o malo hacer, sobre lo que es deseable y por qué, según cuál criterio. La idea de naturaleza contamina los debates morales y políticos.
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