La artemia, un pequeño crustáceo también conocido como ‘mono de mar’, es famosa por ser capaz de vivir en ambientes extremos. Por este motivo ha sido utilizado como organismo modelo para probar la toxicidad de productos químicos en el agua. Investigadores de la Estación Biológica de Doñana en Sevilla han descubierto que al infectarse con larvas de tenia son más resistentes a la toxicidad del arsénico.
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