En presencia del sonar, se estresan y nadan vigorosamente para alejarse del origen del sonido, cambiando su patrón de natación" le explicó a AFP la autora principal Yara Bernaldo de Quiros, investigadora en el Instituto de Salud Animal de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, España. La respuesta al estrés, en otras palabras, sobrepasa a la respuesta de buceo, lo que provoca que los animales acumulen nitrógeno" añadió. "Es como una inyección de adrenalina. Vía >>
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