«Son dos tramos diferentes, a pesar de tener el mismo grado de dificultad. Arenberg más regular dentro de su deformidad. Carrefour tramos mejores (si podemos emplear este adjetivo en ese infierno) y otros que son socavones, casi escalones, obstáculos en el camino. Parece que alguien ha tirado las piedras desde un avión y, según caen, ahí las han dejado. Deformes, irregulares, separadas unas de otras. Una locura. La asociación Amis de París – Roubaix, además de estudiantes y otros entes, se encargan de que estén intactos todo el año»
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