Ya no puedo entrar a una librería sin empezar a idear inmediatamente las posibles formas de salir con el libro que quiero sin ser detectado. Ahora que la cantidad de libros robados en mi modesta biblioteca personal supera la docena (cantidad insignificante comparada con los 52.000 robados por Duncan Jevons, detenido en 1995, maestro de maestros), creo que es hora de buscar culpables. Son solo dos: Roberto Bolaño "Lo bueno de robar libros -y no cajas fuertes- es que uno puede examinar con detenimiento su contenido antes de perpetrar el delito."
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