Tal vez muchas derrotas no garanticen nunca una victoria. A veces, por desgracia, la vida se compone solo de reveses. Pero no hay forma de alcanzar la meta si uno no se levanta y lo sigue intentando. Para Cerith Wyn Evans, el final del camino era el arte. Como para Roberto Bolaño lo era la literatura o para María Marte la gastronomía. Para eso se formó en los londinenses Saint Martin’s School of Art y Royal College of Art. Para dedicarse a lo que le apasionaba. Para hacer todo cuanto estuviese en su mano para ser artista.
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