Si aceptamos que somos primates y damos por buenos los experimentos con monos como fuente de autoconocimiento, resulta que todo lo que hacemos en la vida tiene solo dos propósitos: la supervivencia y la cópula. A veces me da por aplicar este paradigma a la política solo por ver adónde me lleva. Me abstraigo de todo (ideologías, partidos, contextos) y trato de reducir a los políticos a la mera pulsión, a las motivaciones ocultas, al trauma infante, al Eros y al Tánatos.