Joaquín Gorrochategui nace en 1953 en Eibar, un pueblo guipuzcoano donde, según cuenta, lo suyo era hacer bicicletas, tornillos, armas, llaves inglesas… esas cosas. Serán un tío cura y un profesor de Latín «excepcional» quienes le abrirán los ojos hacia un mundo más allá de esa ensoñación maquinista. Es un chaval de letras. En casa, el euskera es la lengua de todos y para todo; la otra, la de la escuela, tampoco se le da mal. Lee y disfruta de la literatura en castellano, y también busca libros en vasco, textos antiguos, modernos, lo que sea.