E-133, E-220, E-124, E-249, E-250... Hay hasta derivados del petróleo. La doctora granadina Odile Fernández nos desvela qué aditivos alimentarios están detrás de estos números presentes en las listas de ingredientes de tantos productos del supermercado. Algunos se pueden comer de vez en cuando, pero el hecho de que en el estómago, en contacto con los jugos gástricos, se convierten en sustancias demostradas potencialmente cancerígenas, desaconseja su consumo habitual. El E-102, colorante muy común naranja, está relacionado con la hiperactividad