Cuando el 25 de abril de 1926 se estrenó en La Scala de Milán Turandot, la última ópera de Giacomo Puccini, antes de concluir el tercero y último acto, el maestro Arturo Toscanini, director de la orquesta, se volvió hacia el público y dijo algo así como: “A questo punto termina l’opera per la morte del compositore”.Puccini había fallecido año y medio antes del estreno, el 29 de noviembre de 1924, en Bruselas, adonde había acudido para tratarse el cáncer de laringe que se le había diagnosticado el 10 de octubre anterior.