En 632, año en que Mahoma moría en Medina, “la viña y el vino florecían en Arabia, Egipto, Líbano, Palestina, Siria, Armenia y Mesopotamia”, cuenta Gonzalo Gonzalo en su libro ‘El otro mundo del vino’. Hoy, sin embargo, sólo Líbano y Marruecos siguen produciendo el embriagador líquido. “¿Cómo pudo lograrse que algo tan enraizado en la cultura y que generaba actividad económica quedar reducido al cultivo de uva para pasas?”, se pregunta el autor. Respuesta: una riña de borrachos entre la cuadrilla de Mahoma.