En la Iglesia católica se llaman reliquias a los cuerpos de los santos, o a partes de sus cuerpos, y a objetos que pudieran haber pertenecido o haber estado en contacto con ellos. El culto a las reliquias se puede remontar a los primeros años del cristianismo, como consecuencia de las persecuciones y a los mártires por la fe. Alrededor de las reliquias siempre se ha planteado si tras ellas hay una realidad histórica y una base científica que pueda demostrar, como mínimo, su antigüedad o, simplemente, es fruto de la devoción desmedida.