Alex Alfredo Abrego Abrego tiene 48 años. Cabeza rapada, cuerpo tatuado. Viste una remera y pantalón corto blanco, como el resto de los casi dieciocho mil internos que alberga el Centro de Confinamiento del Terrorismo (CECOT), la cárcel de máxima seguridad de El Salvador, la más grande e imponente de América Latina y el Caribe. Tiene capacidad para cuarenta mil condenados. El interno, al que le espera una condena de más de 1.500 años, está alojado en el presidio hace unos dos años. Los juzgan por haber participado en “500 asesinatos, secuestros