El emperador Adriano encargó un acueducto en Atenas, sobre todo para los lujosos baños de sus aristócratas. Se inauguró el 140 d.C. La parte principal del Acueducto de Adriano es un túnel de entre 1,20 y 1,60 m de alto y 50 cm de ancho, con 465 pozos de 1,40 m de diámetro y de 10 a 42 m de profundidad. Volvió a usarse en 1847, con su gran resurrección entre 1870 y 1931, y en los 30 cayó en desuso. Ahora planean volver a usarlo por la escasez de agua. Podría ahorrar 1.000.000 m2 al año: agua no potable para riego y limpieza que cubriría 24 km.