Juliano se apresuró a reunir a sus fuerzas contra los persas, sin usar su armadura. Se las arregló para levantar su estado de ánimo y reducir la posibilidad de colapso, pero su guardia personal se dispersó durante los combates y Juliano fue fatalmente golpeado en la espalda por una lanza y su ejército fue derrotado por las fuerzas persas el 26 de junio de 363. Se ha planteado la posibilidad de que la jabalina fuera en realidad proveniente de sus propias filas.
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