Cuanta más carga transporta un barco, mayores son las ganancias para su armador. Pero hay un límite en el que la cantidad de la carga puede volverse peligrosa para la integridad del barco y su tripulación. Todo barco necesita de una altura mínima entre la cubierta principal y la línea de flotación, su francobordo, para reducir al mínimo el agua que pueda entrar en su interior al navegar en mala mar y proporcionar una reserva de flotabilidad frente a una inundación accidental de su interior por una vía de agua.
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