La moda rápida que nos ofrece un pantalón por 9 euros no es sostenible. Y no solo no lo es porque contribuya a un tipo de explotación laboral, sino también por el impacto mediambiental que genera: cada año los vertederos de todo el mundo incineran 12 millones de prendas cuyas emisiones de CO2 contribuyen al efecto invernadero y a que la industria textil continúe siendo la más contaminante por detrás del petróleo.
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