Un equipo de investigadores coreanos ha descubierto que no solo el corazón y los pulmones resultan dañados. También puede ser muy perjudicial para el riñón. Para comprobarlo, se utilizaron los datos de 131.196 pacientes, que habían participado en el Estudio de Genoma y Epidemiología de Corea desde 2001 hasta 2014. Todos ellos se clasificaron en tres grupos, según la frecuencia con la que se exponían al humo del tabaco: sin exposición, menos de tres días semanales o tres o más.
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