El eminente historiador naval Enrique García-Torralba en su completísima obra sobre las fragatas de la Real Armada, relata un proyecto tan absurdo como ridículo que por su interés pasamos a detallar. A finales de 1784 el marqués de Torreblanca, como Procurador Mayor del Consulado de Sevilla, quiso construir una fragata de 400 toneladas de arqueo capaz de portar 30 cañones "para ofrecerla a S.M. en las urgencias de la Corona".
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